HIELO SECO O HIELO CARBÓNICO
El hielo seco se caracteriza por no generar condensación en productos refrigerados, aportar un efecto bacteriostático y fungistático, no generar residuos, ser fácil de aplicar y transportar, y no presentar tóxicidad.
¿Qué es el hielo seco?
Hielo Seco es el nombre que comúnmente se atribuye al dióxido de carbono (CO2) en su estado sólido, y que, a presión atmosférica, se encuentra a una temperatura de -78,5 ºC
Se obtiene a partir del gas que se genera por su uso como subproducto de otros procesos industriales, como plantas de combustión o reacciones de fermentación.
Su calificativo se debe a que, al ceder sus frigorías, el CO2 sólido se sublima sin generar líquido, agua o humedad de ningún tipo.
Al sublimarse se genera una atmósfera saturada de dióxido de carbono, que, al ser un gas seco, tiende a reducir el grado de humedad en el ambiente. Esta característica lo hace idóneo en la conservación de productos sensibles a la humedad.
¿Cuáles son sus propiedades?
La propiedad más característica del hielo seco es su sublimación, transformándose de sólido a gas sin pasar por estado líquido.
Además, cada kilogramo de este producto genera al sublimarse, 136 frigorías, siendo capaz de ceder 14 -16 frigorías extra y obtener hasta 152 frigorías por kilogramo de hielo seco.
¿Qué ventajas térmicas tiene frente al hielo de agua?
A igualdad de peso, el hielo seco posee una capacidad refrigerante equivalente a un 170% respecto al hielo de agua tradicional.
Esta superioridad de refrigeración se debe a que la densidad del hielo seco es superior a 1,5 Kg/dm3 y la densidad del hielo de agua es igual a 0,95 Kg/dm3. Esto da como resultado que, a igualdad de volumen de hielo utilizado, el hielo seco posea una capacidad refrigerante muy elevada.
Es por tanto que, el hielo seco constituye la mejor elección en aquellas aplicaciones en las que el volumen ocupado por el hielo es un factor crítico.
¿Qué otros efectos posee?
El hielo seco se considera como un agente bacteriostático y fungistático. Tras producirse su sublimación, se genera una atmósfera saturada de CO2 gas que ejerce una acción antimicrobiana; se ralentiza el desarrollo de bacterias, mohos y levaduras, contribuyendo así a una superior calidad de conservación de productos alimentarios y perecederos en general.
Al generarse CO2 gas se obtiene una atmósfera inerte protectora, que desplaza el oxígeno del interior de envases y contenedores de transporte, lo que contribuye a mejorar la calidad microbiológica, evitar oxidaciones y mantener unas óptimas condiciones de conservación de perecedero.
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